Vivimos tiempos de inflación, y os puedo decir que es lo peor que nos puede pasar a los mortales. Es decir, a los ciudadanos normales, a los políticos, con sus sueldos, por supuesto que no les afecta. Pero en nuestro caso, la inflación es el peor impuesto que existe. El impuesto invisible. Es ir a comprar al supermercado y comprobar que antes llenabas un carro por 30 euros y ahora lo haces por 50 euros. Es comprobar que no llegas a final de mes cuando estás haciendo lo mismo que hacías antes.
Por eso, es tan importante que los Gobiernos sepan tomar medidas y no dejen a los ciudadanos en una situación tan complicada. La pandemia y la guerra de Ucrania han provocando este problema, ya que los Gobiernos se dedicaron a meter dinero, es decir a crear billetes y monedas, sin pensar en el mañana. Y claro, años después nos viene esta situación. Y es algo que va para rato. Todos los sectores lo están notando. Y nosotros hoy nos queremos fijar en uno muy llamativo, el de las bodas. SI ya de por sí es caro casarse, no queremos pensar qué está ocurriendo ahora con las bodas.
Y es que la inflación se ha convertido en el invitado más incómodo e inesperado que se ha cruzado en nuestra lista de boda. Hay que e recordar que las principales partidas a las que destinan gran parte del presupuesto son el catering y la finca, que suele costa sobre los 12.500 y los 14.000 euros. No obstante, el gasto queda muy repartido entre una media de diez profesionales (fotógrafos, música, flores, vestido de novia, traje de novio…), según recoge el citado manual, publicado por Bodas.net.
Pues bien, El aumento de precios se sitúa en una media del 12%, con algunos proveedores con subidas muy acusadas, por lo que obligará a que muchas parejas, especialmente aquellas con un menor poder adquisitivo, tengan que sacar la tijera para sostener los gastos vinculados al enlace. Ahora bien, no todas las parejas tendrán este problema, ya que como una boda se organiza con tiempo, los restaurantes tienen que reservar y mantener el precio acordado. SI se hizo hace más de un año, es posible que no se note tanto. Pero las que tienen que hacerlo ahora, está claro que lo van a notar en sus previsiones. El susto será grande.
En definitiva, aquellos que den el «sí quiero» en 2024 sí notarán cómo los precios aumentan de forma drástica
La comida es lo que más dinero nos llevan. Y según los expertos, un menú de 150 euros pasará a costar unos 200 euros, es decir, 50 euros más. La boda típica española tiene unos 130 invitados de media. Se ha reducido bastante el número de invitados en pocos años, alcanzando e incluso rebajando la media europea que históricamente superábamos. Así que habrá que hacer un estudio para comprobar si nos viene mejor invitar a más personas o menos.
Un precio de cubierto de boda que incluye el aperitivo, el banquete propiamente dicho y la barra libre en la mayoría de los casos. A esto habría que añadir unos 550 euros para los foodtrucks y mesa de dulces, unos 200 euros para la tarta de boda y unos 750 euros para la música. Y unos 1.950 euros para el alquiler de la carpa.
Las alianzas
Lo que no puede faltar son las alianzas de bodas. En este caso, como nos comentan desde Joyería Serrano, la inflación no se ha notado tanto porque puedes encontrar alianzas de boda de oro con diamantes, de oro blanco, de oro rosa y, por supuesto, de oro amarillo. Contamos con diseños clásicos, esos que nunca pasan de moda a un precio muy económico. Además en su caso han apostado por ofrecer la grabación gratis.
El novio suele ser más austero y gastar menos en su traje y complementos que la novia. Las parejas encuestadas revelaron que, de media, gastaron unos 880 euros en el traje de novio y unos 200 euros más en complementos –los zapatos, los gemelos, la corbata o la pajarita, el cinturón o los tirantes, etc.–. Todo junto asciende a una media de 1.080 euros.
Las fechas preferidas para la celebración de la boda son aquellas en las que el tiempo es más favorable. Una gran concentración de enlaces de mayo a octubre configura una pauta absolutamente estacional. Por eso habrá que comprobar si casarse en invierno, aunque luzca menos, tiene mejores efectos económicos en los bolsillos de los novios.