Las mejores sandalias para este verano

chanclas

Cuando llega el calor de verdad, lo mejor es guardar los zapatos cerrados y sacar las sandalias. Los pies lo agradecen (al menos, los míos cantan de alegría cuando lo hago), el cuerpo se siente más ligero y, además, hay muchísimos modelos bonitos para elegir. Eso sí, no todas las sandalias sirven para lo mismo, ni todas sientan igual con cualquier prenda o en cualquier ocasión. Por eso, este verano, puede hacerte sentir cómodo y fresco… o provocarte rozaduras, sudor y un estilo que no termina de encajar con el lugar donde vas.

Vamos a repasar muchos tipos distintos de sandalias, cómo combinarlas, cuándo usarlas y para qué ocasiones son más adecuadas. Para ello, hemos contactado con M50 Moda Calzado, tienda de calzado online en Toledo, y estos profesionales, muy amablemente, han accedido a ayudarnos con ciertas explicaciones para que podamos ayudaros a vosotros.

 

Chanclas de dedo clásicas

Estas son las que tienen una tira entre el dedo gordo y el segundo dedo del pie. Son las más reconocidas y, en muchos casos, las más económicas. Se suelen ver mucho en la playa o la piscina, aunque también hay quien las usa para el día a día en verano.

Suelen estar hechas de goma o de plástico y no ofrecen demasiada sujeción, así que no te la recomendamos si vas a ir a una reunión donde necesitas ser ágil, pero tienen la ventaja de que pesan poco, se secan rápido y caben en cualquier bolsa.

Quedan bien con bañadores, shorts o vestidos ligeros. Para paseos largos o terrenos irregulares, es mejor evitarlas.

 

Chanclas tipo slider

Las sliders tienen una banda ancha sobre el empeine y no llevan separación entre los dedos. Son muy cómodas y se pueden poner y quitar sin esfuerzo. Este tipo se ha vuelto muy popular, sobre todo entre los más jóvenes, aunque cada vez hay más modelos pensados para todo tipo de público.

Hay sliders acolchadas, con suela gruesa, con diseños lisos o con logos. También hay versiones más elegantes, en tonos neutros o con acabados en imitación piel. Se llevan muy bien con conjuntos relajados, pantalones cortos, ropa deportiva o vestidos básicos.

Para quienes buscan algo sencillo pero que no pase desapercibido, son una buena opción.

 

Chanclas con plataforma

Las plataformas llegaron a las sandalias hace tiempo y parece que se han quedado. Las hay más discretas, con suela de pocos centímetros, y otras más atrevidas. Este tipo de chancla es ideal para quienes quieren ganar un poco de altura sin ponerse tacones.

Las plataformas más conocidas suelen ser de goma o corcho, pero también hay versiones con acabados de esparto o cuerda. Combinan bien con vestidos largos, monos veraniegos o faldas midi. Conviene asegurarse de que el pie quede bien sujeto para evitar torceduras.

 

Chanclas de cuero

Las sandalias de cuero tienen un toque especial. Se ven más formales, más cuidadas, y si están bien hechas, pueden durar muchos veranos. El cuero permite que el pie respire y, con el tiempo, se adapta a su forma. Eso sí, es importante protegerlo del agua y cuidarlo con productos específicos.

Este tipo de chancla combina muy bien con ropa más elegante: pantalones de lino, vestidos rectos o conjuntos sencillos pero bien armados. Son perfectas para cenas al aire libre, visitas turísticas o incluso para trabajar si se permite ir con calzado abierto.

 

Chanclas deportivas

Las chanclas deportivas son resistentes, más que cualquiera de las que hay en esta lista. Así que están hechas para durar y que le des caña. Tienen suela con agarre, materiales resistentes y diseño anatómico. Están pensadas para andar mucho sin que el pie sufra. Muchas llevan velcro para ajustarse mejor o acolchado en las tiras para evitar rozaduras.

Se suelen usar para hacer senderismo ligero, caminar por la ciudad o en días largos de excursiones. Aunque no suelen ser las más estéticas, cada vez hay más marcas que cuidan el diseño y ofrecen modelos más modernos.

Se pueden llevar con ropa cómoda, shorts técnicos o incluso con vestidos si se busca comodidad por encima de todo.

 

Chanclas con diseño anatómico

Estas sandalias están pensadas para adaptarse a la forma natural del pie. Suelen tener plantillas con curvatura, soporte para el arco y materiales blandos pero resistentes. Las más conocidas son las de corcho natural o espuma moldeada.

Son muy recomendables para personas con pies delicados, problemas de pisada o que pasan muchas horas de pie. No siempre son las más llamativas, pero hay modelos actuales que combinan comodidad y estilo. En tonos tierra, blanco o negro, quedan bien con ropa sencilla y de tejidos naturales.

 

Chanclas ecológicas

Cada vez más marcas apuestan por fabricar sandalias con materiales reciclados, biodegradables o sostenibles. Estas chanclas pueden estar hechas con goma reciclada, fibras vegetales, algodón orgánico o incluso con restos de algas o plástico recogido del mar.

Más allá del diseño, lo importante es el impacto. Muchas personas las eligen no solo por cómo se ven, sino por lo que representan.

Suelen ser ligeras, transpirables y bastante cómodas. Quedan bien con ropa informal y combinan a la perfección con una forma de vida más consciente.

 

Chanclas para piscina

Las sandalias de piscina son unas de las más básicas, pero cumplen una función muy importante: evitar resbalones. Están hechas con materiales antideslizantes y resistentes al agua. Suelen ser cerradas en la parte de arriba o tener perforaciones para que el agua no se quede dentro.

Aunque no son las más bonitas, son imprescindibles en ciertos contextos: gimnasios, spas, campings o zonas de duchas públicas. También sirven para proteger los pies del calor excesivo del suelo en piscinas exteriores. En estos casos, más que el estilo, lo importante es la seguridad y la higiene.

 

Consejo de profesionales

Quienes trabajan con los pies todo el día, como podólogos, fisioterapeutas o dependientes de calzado, suelen coincidir en lo mismo: la elección de una sandalia no debe basarse solo en el aspecto.

  • Un buen consejo profesional es probarse las sandalias al final del día, cuando los pies están más hinchados. Así se evita elegir un modelo que luego aprieta o molesta.
  • También es recomendable caminar por la tienda o por casa unos minutos antes de quitarles la etiqueta, para comprobar si realmente se adaptan bien.
  • Otro punto importante es revisar el tipo de suela. Las más blandas pueden parecer cómodas al principio, pero si no ofrecen sujeción o estabilidad, el pie sufre con el paso de las horas.
  • Y si se va a usar la sandalia para caminar mucho, es fundamental que el talón no quede colgando ni que los dedos se salgan por delante.
  • Por último, el consejo más básico pero más olvidado: las sandalias no deben doler. Nunca. Si una sandalia provoca molestia en el primer uso, probablemente lo seguirá haciendo.

 

Qué colores combinan mejor este verano

Aunque hay sandalias de todos los colores, hay tonos que se repiten porque son buenas para combinar.

  • El blanco es limpio, fresco y combina con todo.
  • El negro, aunque más serio, también funciona con cualquier estilo.
  • El nude es ideal porque se mimetiza con la piel y estiliza el pie.
  • Este verano también se ven muchos tonos pastel: lavanda, verde agua, amarillo suave… combinan con prendas claras o con vaqueros.
  • Los metalizados como el oro claro o el plateado envejecido también se están viendo mucho, sobre todo en sandalias más arregladas.
  • Para quienes buscan destacar, los colores flúor vuelven con fuerza: naranja intenso, rosa fucsia o verde lima.

En esos casos, lo mejor es dejar que el calzado sea el protagonista y mantener el resto del look más neutro.

 

Consejos para cuidarlas y que duren más

Las sandalias suelen llevarse durante varios meses seguidos, a diario, y en todo tipo de terrenos. Por eso conviene cuidarlas un poco si se quiere que aguanten más de un verano.

  • Evitar mojarlas si no están hechas para eso.
  • Guardarlas en lugares ventilados, no en bolsas cerradas.
  • Limpiarlas con un paño húmedo o con productos específicos si son de cuero.
  • No usarlas para actividades para las que no están pensadas (como subir al monte con unas chanclas planas).
  • Revisar las suelas y los puntos de unión cada cierto tiempo.

Con estos gestos sencillos, muchas sandalias pueden aguantar perfectamente más de una temporada en buen estado.

 

Caminar bien empieza por elegir bien

Cada pie tiene su forma, su pisada y su manera de moverse. No todos calzamos igual ni sentimos lo mismo al andar. Por eso, aunque en verano pueda parecer que cualquier sandalia sirve, la realidad es que elegir bien puede marcar una gran diferencia en cómo se siente el cuerpo al final del día. A veces, el dolor de espalda o de rodillas empieza por no llevar el calzado adecuado.

No se trata de llenar el armario con pares que luego apenas se usan, sino de tener las que realmente acompañan bien. Una chancla de dedo puede ir genial para la piscina, pero si se va a caminar durante horas, quizá conviene optar por una con diseño anatómico o una deportiva.

Las sandalias no son solo un complemento bonito. Son la base sobre la que se apoya todo el cuerpo. Merece la pena dedicarles un poco de atención. Se nota. Mucho.

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