Pinta tu casa con los colores del mundo.

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Pintar el interior de nuestra casa es una de las tareas de mantenimiento que realizamos con más frecuencia. Cada cierto tiempo le damos una vuelta a las paredes y techos de nuestro hogar. Lo hacemos para sentirnos más cómodos cuando estamos en él y, ¿por qué no?, también puede ser una vía de expresividad. En este artículo te explicamos cómo los colores del mundo pueden servirte de fuente de inspiración.

El color con el que pintas tus paredes es el fondo sobre el que vas a decorar tu hogar, en cierta medida, determina la decoración posterior. De ahí lo importante de escoger uno que te guste y te ofrezca posibilidades.

El blanco sigue conservando la hegemonía en la decoración de interiores. La mayor parte de los pisos que se venden y se alquilan tienen las paredes pintadas de blanco. Una parte significativa de los nuevos moradores mantienen este color.

Se debe a que el blanco refleja la luz solar y hace más luminosas las estancias. Proporciona sensación de amplitud. Una habitación pintada de blanco, aunque mida unos pocos metros cuadrados, nos da la impresión de que es más grande. Al menos hasta que empezamos a llenarla de muebles. El blanco es símbolo de limpieza, de higiene y, por tanto, de seguridad.

Junto al blanco existen otros colores socialmente aceptados, que por suerte están perdiendo fuerza a medida que avanzan los tiempos. Es la tendencia que había antes de pintar las paredes de la habitación de una niña de un color rosa suave y la de los niños de azul celeste. Cada vez se hace menos distinción entre el sexo de los infantes.

La otra tendencia era pintar los salones de color hueso o de algún tono pastel. No se hacía por ninguna razón especial. Era para intentar desmarcarse del blanco, pero sin ser demasiado atrevido.

Por suerte, existe una variedad infinita de colores con la que puedes decorar tu hogar y dejar en él tu impronta personal.

El color influye en el estado de ánimo.

Que el color influye en el estado anímico de las personas es algo que se conoce desde hace tiempo. De hecho, en psicología ha dado lugar a una disciplina que se llama cromo-terapia. Se basa en el empleo del color para estimular determinadas reacciones o comportamientos.

En el mundo industrial se lleva utilizando desde hace décadas. Las máquinas de una fábrica o de un taller están todas pintadas de verde. El verde inspira naturalidad. Es un color relajante. Transporta nuestra mente a la naturaleza. De esta forma se atrae a los obreros a trabajar en las máquinas, aunque estas tengan componentes cortantes o desprendan chispas incandescentes por soldadura.

En todas las máquinas hay un botón de color rojo. Para el motor de la máquina de golpe ante cualquier emergencia. El rojo se asocia con el peligro, la inmediatez. Es un color excitante que incita a la acción inmediata. A actuar sin pararse a pensar.

Tal y como explica un artículo publicado en el periódico vasco Deia, los colores llegan a nuestra retina en forma de longitud de onda. Al pasar por los nervios se convierten en impulsos eléctricos que llegan hasta el hipotálamo, en la base del cerebro. Este es el órgano encargado de regir los procesos hormonales y endocrinos.

Así pues, tras pasar por el tamiz de nuestra subjetividad, inciden en nuestro estado de ánimo. Se sabe que los colores cálidos (rojo, amarillo, naranja) producen en nosotros alegría, pero también pueden desencadenar reacciones activas como la rabia, la excitación, la irritabilidad.

Por otro lado, los colores fríos (azul, verde, violeta) nos aportan tranquilidad, pero nos pueden conducir a estados de tristeza o apatía. Estos son los efectos de algunos colores:

  • Rojo. Es el color de la pasión. Despierta en nosotros una excitación nerviosa. Incita a actuar impulsivamente. Lo asociamos con el fuego y la sangre. Pintar la pared de una habitación en la que vamos a pasar mucho tiempo de rojo, nos provoca una continua alteración.
  • Azul. Nos aporta calma y seguridad. Es un color relajante. Si bien, cuanto más oscuro sea, más induce a la tristeza. Lo asociamos con el mar y el cielo. Pintar una pared de un azul claro nos da tranquilidad y combate el estrés.
  • Naranja. Es un color que transmite vitalidad. Nos da alegría, ganas de vivir. Lo relacionamos con el fruto de la naranja, una fuente de vitaminas. También hay que decir, que si lo contemplamos durante mucho tiempo es irritante para la vista. No es recomendable pintar una habitación de naranja intenso si vamos a tiempo en ella.
  • Violeta. Transmite frescura. Despierta una serie de reacciones reconfortantes que se quedan en nuestro interior. Lo asociamos con el misterio, el romance, la introspección. Es un buen color para pintar una pared si lo que queremos es meditar.

Ciudades de un solo color.

La revista National Geographic hace un recorrido por algunas de las ciudades más curiosas del mundo, con las fachadas de sus casas pintadas todas de un mismo color. Un crisol que va más allá de las paredes encaladas en blanco que puedes encontrar en muchos pueblos de la costa del Mediterráneo. Este puede ser un buen punto de partida para plantearte el color con el que quieres pintar las paredes de tu casa.

Algunas de estas ciudades son:

  • Chefchahuen (Marruecos). Color añil.

Situada al norte de Marruecos, pasear por el casco antiguo medieval de esta ciudad (La Medina) produce una sensación como si atravesaras una ciudad bereber con unas gafas de sol con los cristales azules. Como si estuvieras buceando por el fondo de una piscina.

Cada año, antes de Ramadán, los habitantes de la ciudad encalan las fachadas de sus casas con toneladas de cal y pintura azul. La razón es muy sencilla, protege del calor del desierto y el pigmento azul repele a los mosquitos.

La ciudad de Jodhpur, situada al nordeste de la India, en el desierto de Thar, pinta las fachadas de sus viviendas del mismo color.

  • Jaipur (India). Color Salmón.

La capital del estado hindú de Rajastán, al norte de la India, con sus majestuosos edificios construidos con arenisca, decidieron engalanar las fachadas dándole una capa de pintura rosada a principios del siglo XX. La razón era recibir la visita del Príncipe de Gales en 1905. El resultado gustó tanto, que desde entonces todas las fachadas se pintan del mismo color. Se ha convertido en un emblema de la ciudad.

Otras ciudades rosadas del mundo son la francesa Touluse, debido al tipo de piedra que se emplea en la construcción, y la ciudad milenaria de Petra, excavada en la Roca, en el desierto de Jordania.

  • Rousillón (Francia). Ocre.

Rodeado de canteras de ocre, donde se extrae este mineral utilizado para fabricar pinturas, en plena montaña, se encuentra esta localidad francesa de la Provenza. Visto desde lejos, la ciudad se mimetiza con su entorno, ofreciendo una variedad de tonos de terracota (rojizos, anaranjados y amarillentos). Como si sus casas fueran de hierro envejecido oxidado por el viento y la lluvia.

Otras ciudades que se han mimetizado con su entorno son Marrakech, en Marruecos, y Jaisalmer, en la India.

Colores del mundo.

Nuestro planeta es una fuente de inspiración inagotable en el que encontrar colores con los que decorar nuestro hogar. Depende de la parte del planeta en la que nos encontremos, observamos un color predominante sobre el que se disponen el resto de elementos. Como si fuera el fondo de una pared.

En el Sahara vemos como el color caqui de la arena del desierto lo impregna todo. De ese mismo color son las pirámides de Egipto, camuflándose en el paisaje. Si bajamos un poco más abajo en el continente africano, el color se vuelve más denso en la sabana. Transformándose en un marrón claro.

Los desiertos de Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos, tienen un tono rojizo. Que se vuelve aún más intenso en el Cañón del Colorado.

El verde claro es el color que predomina en el Amazonas. Proporcionado por su exuberante vegetación. Sin embargo, en la selva de Indochina, en el extremo oriente, el verde se oscurece debido al predominio de la caña de bambú.

El azul grisáceo es el color predominante en las costas escandinavas. Algo que se puede apreciar con claridad en los fiordos noruegos. Donde el azul del océano se mezcla con las cumbres nevadas y la roca escarpada de los acantilados. Dando la sensación de que todo está cubierto por una misma tonalidad.

En Alaska predomina el blanco azulado. La nieve de las montañas llega un momento en que se confunde con el azul del cielo.

Según nos comenta Artespray, un distribuidor online de pinturas y materiales para artes plásticas, la industria se ha desarrollado tanto que fabrica pinturas capaces de simular una gran cantidad de colores que se encuentran en la naturaleza, con un gran realismo y efectividad.

A ti te toca elegir el color con el que quieres pintar las paredes de tu hogar. Pero has de recordar, que el mundo te ofrece una gama extensa que sobrepasa el blanco y sus colores aledaños.

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