De todos es sabido que la salud bucal está íntimamente relacionada con la salud general, pues la boca además de ser la puerta de entrada de nuestra alimentación es una vía de entrada y salida de diferentes virus y bacterias, por lo que se deben extremar las precauciones a la hora de atender a su limpieza e higiene y para ello un buen cepillado dental es fundamental.
Los principales instrumentos para una buena higiene dental son:
– El cepillo dental. Es el principal instrumento para la limpieza y control de la placa bacteriana, aunque hay que tener en cuenta el periodo de vida útil con que cuenta cada cepillo. A la hora de elegir el cepillo dental adecuado debemos fijarnos en:
– Tamaño del cabezal del cepillo. Depende del tamaño y preferencias de cada persona, pero en general, un cabezal pequeño y estrecho nos permitirá acceder con más facilidad a las últimas piezas dentales, pero también tardaremos más en realizar la limpieza.
– Dureza de las cerdas. Las cerdas blandas nos permiten un cepillado más suave, especialmente recomendado para personas con sensibilidad dental, mientras que las cerdas duras solo se aconsejan para bocas sanas o menos sensibles, pues un cepillado enérgico podría dañar el esmalte y las encías.
– ¿Manual o eléctrico? El cepillo manual es más económico, fácil de transportar y realizamos un control absoluto sobre su manejo, mientras que con el eléctrico el riesgo de abrasión dental es menor, pues la presión que ejerce está controlada, además algunos cepillos cuentan con un sistema establecido de duración del tiempo del cepillado.
Un buen cepillado dental se realizará de la siguiente forma, colocación del cabezal del cepillo a lo largo de los dientes, con la punta de los filamentos en un ángulo de 45º hacia el borde de las encías, realizando un suave movimiento giratorio, en la cara anterior y posterior de los dientes.
- La seda dental. Se utiliza para eliminar los residuos de los alimentos que han quedado depositados entre los dientes, en esa zona donde los cepillos dentales tienen un difícil acceso, concretamente cerca del borde de las encías donde la mayoría de las caries tienen su origen y se inicia, mayoritariamente, la inflamación gingival. Su utilización es sencilla, una vez colocada entre los dedos, se introducirá entre los dientes mediante un pequeño movimiento de sierra, doblándose contra uno de los dientes en forma de C, y deslizándola para eliminar los restos de alimentos que hayan podido quedar depositados.
- El cepillo interdental. Estos cepillos permiten limpiar de una forma muy eficaz los espacios interdentales, ayudando a prevenir la caries y la enfermedad periodontal. Es importante escoger un tamaño de cepillo adecuado al espacio interproximal. Una vez seleccionado su utilización es sencilla, se introducirá holgadamente en el espacio interdental, de modo que sean los filamentos y no el alambre, el material que este en contacto con los dientes, y se moverá desde dentro hacia fuera, sin hacerlo girar.
- El limpiador lingual. Este instrumento es eficaz para eliminar la placa bacteriana y restos de alimentos que hayan podido depositarse sobre la lengua. Su utilización es cómoda y sencilla, basta con introducir el limpiador en la boca, alcanzando la parte posterior de la lengua y arrastrándolo por el centro y laterales de la lengua hacia la parte delantera de la boca.
Como complemento a una correcta higiene bucal se podrán utilizar:
– Los enjuagues bucales. Su utilización con regularidad ayuda a prevenir la acumulación de la placa bacteriana, prevenir la caries dental y las enfermedades de las encías.
– Los colutorios. Su utilización está indicada en el tratamiento de afecciones bucales como la gingivitis o la piorrea.
También existe un complemento extra para la higiene oral doméstica, tal y como nos recuerdan nuestros amigos de HQ Tenerife. En concreto, se trata de una tartrectomía, que consiste en una limpieza dental profesional que el especialista lleva a cabo en la clínica dental para eliminar los cálculos mineralizados de la placa bacteriana y el sarro persistente.
La importancia del flúor en la protección dental
El flúor es un mineral natural que está presente en determinados alimentos como el salmón, la sardina, bacalao, marisco, naranja, cebolla, espinacas, patatas…, además de estar presente de forma natural en las fuentes de agua, por lo que cuando se incorpora a la higiene bucal protege nuestros dientes ayudando a prevenir la caries dental. El flúor contribuye al proceso de remineralización del esmalte conservándolo fuerte y protegiéndolo del deterioro, a la vez que ayuda a controlar el ácido presente en la boca, por ello es importante la utilización de una pasta dental que contenga flúor en la etapa infantil para contrarrestar la acción de las bacterias que en combinación con los azucares dañan el esmalte de los dientes.