¿Sabías que Don Quijote sentía pasión por el queso manchego? Este queso se menciona en numerosas obras literarias españolas, como el Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. En esta obra, Don Quijote y Sancho Panza se encuentran con un grupo de pastores que les ofrecen queso manchego. Don Quijote queda encantado con el sabor del queso, y lo describe como “el mejor queso del mundo”.
El queso manchego también aparece en la literatura de la Edad Media, en concreto en “El Cantar del Mío Cid”, el Cid Campeador ofrece queso manchego a los reyes de Castilla y León.
“Con queso manchego, pan y vino, se anda mejor el camino”. Es una frase popular sobre el queso manchego conocida por todos y que refleja la creencia de que el queso y el vino combinan a la perfección.
El “manchego” tiene solera, y en este caso la edad sí importa, el queso manchego tiene más de 3.000 años y tienes que conocer su particular historia. Te la contamos a continuación.
La edad del queso manchego, si importa
¿Cuáles fueron sus orígenes? Para hablar del origen del queso manchego, tenemos que remontarnos a la Edad de Bronce, hace más de 3.000 años. Los primeros registros que existen de la producción de queso manchego son del siglo XI. En esa época, los pastores de La Mancha elaboraban el queso con la leche de sus ovejas para conservarla. Así era como se alimentaban durante sus largos viajes.
Los restos arqueológicos que se encontraron en la región de La Mancha confirman que la producción de queso ya se realizaba en la zona en la Edad de Bronce. Estos restos arqueológicos incluyen cuencos, vasijas perforadas, queseras y otros utensilios que se utilizaban para la elaboración del queso.
En particular, se han encontrado restos de una quesera en el yacimiento arqueológico de El Molinillo, en la provincia de Ciudad Real. Esta quesera, del siglo XII a.C., está hecha de barro y tiene una forma circular. La quesera tiene un agujero en el centro que se utilizaba para drenar el suero durante la elaboración del queso. Esos hallazgos indican que la elaboración del queso era una práctica común en la Edad de Bronce.
El queso manchego en la Edad Media, un alimento básico
En la Edad Media, el queso manchego evolucionó a partir de los quesos que se fabricaban en la región durante la Edad de Bronce. Los pastores de La Mancha perfeccionaron el proceso de elaboración del queso y comenzaron a producir quesos curados de mayor calidad.
Los monjes fueron los primeros en elaborar el queso manchego curado. Este tipo de queso necesita un proceso de maduración de varios meses y los monjes tenían la capacidad de controlarlo. Era un producto de gran calidad muy apreciado por los nobles y la gente con dinero.
El queso era un producto importante en la dieta de los habitantes de La Mancha en la Edad Media. Era un alimento básico y se utilizaba como ingrediente en platos de cocina.
También era importante en el comercio. El queso manchego se exportaba a otros países de Europa, donde era muy apreciado por su calidad y su sabor. Era un producto que generaba ingresos y contribuía al desarrollo de la región.
Los monjes de los monasterios de Uclés, Calatrava y Guadalupe, pioneros en la elaboración del queso manchego
Los monjes en la Edad Media desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo del queso manchego. ¿Sabías que en esta época los monjes eran los principales productores de queso en Europa? Sus monasterios eran centros de aprendizaje y difusión de conocimientos sobre la elaboración de queso, nos explican en La Finca “El Campillo”, fábrica de quesos manchegos en Ciudad Real con tienda online donde puedes comprar ADIANO, su Queso Denominación de Origen Manchego Artesano.
Los monjes eran los principales productores de queso en toda Europa. Tenían acceso a grandes cantidades de leche que obtenían de sus rebaños o de los campesinos de la zona.
En la región de la Mancha, los monjes de los monasterios de Uclés, Calatrava y Guadalupe fueron pioneros en la elaboración del queso manchego. Desarrollaron técnicas de elaboración que mejoraron la calidad y el sabor del queso. También contribuyeron a su difusión por toda España y Europa, exportaban a Francia, Inglaterra y Alemania.
En sus monasterios tenían grandes rebaños de ovejas manchegas, una raza de ovejas que producen leche de gran calidad.
Desarrollaron técnicas de producción del queso que aún se utilizan hoy en día, como el uso de la cuajada de rulo, un método que permite obtener un queso con una textura más firme y homogénea.
Los monjes también crearon las primeras normas y reglas para la elaboración del queso manchego. Estas reglas del siglo XII, establecían los requisitos para la calidad de la leche, la elaboración del queso y su maduración.
La influencia de los monjes de la Edad Media en el queso manchego fue decisiva. Gracias a su trabajo, este queso se convirtió en uno de los quesos más populares de España y Europa, así como un producto de referencia de la gastronomía española.
Ejemplos de cómo contribuyeron los monjes en el queso manchego
- Los monjes introdujeron el prensado, que permitió que este queso tuviera forma redonda y una textura más firme.
- También desarrollaron la técnica de maduración en cuevas, que le daba al queso su característico aroma y sabor.
- Los monjes crearon las primeras reglas y normas para elaborar el queso manchego, que garantizan su calidad.
Curiosidades sobre el queso manchego
- Es uno de los quesos más antiguos del mundo. Los primeros registros de su producción son del siglo XI.
- Se elabora a partir de leche de oveja manchega. Esta raza de oveja es autóctona de España y produce leche de gran calidad.
- Se puede madurar durante diferentes periodos de tiempo. El queso manchego joven tiene un sabor suave y cremoso, mientras que el curado tiene un sabor intenso y complejo.
- Es un producto popular en España. Es uno de los quesos más vendidos en nuestro país. Además, se exporta a más de 100 países.
- Tiene un sabor característico. Es un queso salado y fuerte, con notas de frutos secos y avellanas.
Terminamos con la Denominación de Origen Protegida (DOP), que el queso manchego recibió en 1985. Esto significa que solo puede producirse en La Mancha y debe cumplir unos estrictos requisitos de calidad.
Y como dijo Don Quijote: “es el mejor queso del mundo”.