Las mercancías viajan en barco.

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Entre el 80 y el 90% del tráfico de mercancías a nivel internacional se realiza por vía marítima. La gran capacidad de carga y el bajo coste del envío han convertido a los grandes buques mercantes en la opción principal para transportar mercancías de una parte a otra del planeta. Exportar mercancías requiere cumplir con la legislación arancelaria del país de origen y del país de destino. La gestión de estos trámites y el embarque lo efectúan los operadores de carga.

Los operadores de carga son empresas de transporte internacional que se encargan de resolver toda la logística para enviar mercancías por vía marítima, aérea y terrestre. Para recurrir a ellos no es imprescindible enviar mercancía comercial, pueden ser bastante útiles para enviar un paquete.

Existen dos formas de enviar una mercancía por mar: Alquilar un contenedor o alquilar una parte dentro de un contenedor. El primer caso es el indicado para grandes envíos. El titular del contenedor es el responsable principal de la carga. En el segundo supuesto, tú eres el responsable de tu envío y el titular del contenedor, el responsable subsidiario. De ahí, que el propietario sea precavido con lo que transporta en su container.

En ambos casos hay que emitir un documento llamado “Bill of lading” (B/L) en el que constan los datos de la empresa o persona remitente, los del destinatario, y los relativos a la carga: producto, número de bultos, peso, volumen, referencia del contenedor en el que viaja, buque o buques en los que se transporta y los puertos por los que pasa la mercancía. Con validez para la autoridad portuaria y las aduanas que deberá atravesar el envío.

Todo esto requiere un conocimiento específico tanto de la logística como del derecho mercantil internacional. Fran Martínez comenzó hace unos años a exportar jamones ibéricos a China. Uno de los principales problemas al iniciar este negocio fue el transporte, encontró en Star-Cargo, un operador de carga con sede en Madrid, la solución que necesitaba para efectuar los envíos. Como nos comenta Franc “China puede ser un mercado con mucho potencial, pero si no tienes una empresa de transporte que sepa moverse por los países asiáticos, estás perdido.”

El peso del transporte marítimo.

Dice El Heraldo de Aragón que el estado del transporte marítimo es un termómetro económico del comercio de mercancías mundial. La oscilación en el precio de los fletes (contrato entre el transportista y el usuario para transportar las mercancías) indica de forma fiable el flujo de importaciones-exportaciones a nivel nacional e internacional.

El coste de los fletes está marcado por dos factores: el precio del combustible que se utiliza para transportar las mercancías y el volumen de carga (containers) que se transportan.

El año pasado el transporte marítimo vivió una crisis bastante seria. En algunos meses disminuyó más de un 13% el volumen de mercancías transportadas. Esto se debió al aumento desorbitado del precio de los fletes. A consecuencia de la inflación y de la Guerra de Ucrania, el precio del gasoil que utilizan los barcos se disparó por las nubes, esto creó una bola de nieve que hacía que los exportadores disminuyeran los envíos. Al no llenarse los contenedores y disminuirse su número, el precio de los envíos marítimos se multiplicó exponencialmente. La situación favoreció a otras opciones como el transporte aéreo, pero sobre todo, creo una crisis de desabastecimiento.

En los momentos más críticos, en los que veíamos que faltaban productos en los supermercados o se agotaban enseguida, el problema no era que el aceite de girasol o el grano vinieran de Ucrania, sino que se encareció tanto el transporte, que no resultaba rentable mover las mercancías.

En estos momentos, ante la necesidad de normalizar el tráfico de mercancías, el precio de los fletes marítimos ha bajado hasta un 75%. No es que ahora el transporte marítimo esté en quiebra o que opere a precio de saldo, sino que se está adaptando con rapidez a las fluctuaciones del comercio internacional.

Lo que está sucediendo en la actualidad es que para cubrir las necesidades de los países, se ha conseguido estabilizar el precio del petróleo y se están volviendo a cargar los buques mercantes hasta el límite de su capacidad.

Los “pros” del transporte marítimo.

La revista de economía Internacionalmente publica un artículo en el que enumera las ventajas que ofrece el transporte de mercancías por barco respecto a otros medios de transporte, lo que explica que sea la opción más utilizada. Esto son los “pros” del transporte marítimo:

  1. Capacidad de carga.

Los buques mercantes tienen una capacidad de carga notablemente superior a cualquier otro medio de transporte. Pensemos en la cantidad de contenedores que transporta uno de estos gigantes. Tal vez cientos, miles. Cada contenedor de estos se corresponde con el remolque de un camión o con el vagón de un tren de mercancías. El contenido que almacena algunos de estos contenedores no cabría en la bodega de un avión. El barco permite el movimiento de mercancías a gran escala.

  1. El Coste.

El inmenso volumen de carga que se transporta en cada viaje es lo que permite que ofrezca unos precios más baratos que ningún otro medio de transporte. Mucho se habla de la cantidad de combustible que gastan los buques marítimos, y todo lo que contaminan, pero si toda la carga que transporta se dividiera envíos más pequeños, el combustible y la contaminación serían mayores. Esto no quita que se investigue en medios de transporte menos contaminantes, pero sin prescindir del carácter industrial (volumen de carga) de los cargueros marítimos.

  1. Seguridad.

Un contenedor se cierra en el puerto de origen y no se abre hasta el lugar de destino. Salvo que la policía de aduanas exija su apertura para una comprobación. Esto le da un nivel de seguridad y protección al envío bastante alto. Por otro lado, los buques están preparados para afrontar cualquier situación climatológica, por lo que es muy raro que un envío marítimo se suspenda o se aplace.

  1. Mayores posibilidades.

Existen determinadas mercancías peligrosas que no se pueden transportar en determinados medios de transporte o que exigen unas medidas especiales. Es el caso de los derivados del petróleo o de gases inflamables. En avión no se pueden cargar, y por carretera requieren unas medidas de seguridad extremas. Esto no sucede, de esta manera, en el transporte marítimo. El barco permite llevar a cualquier parte del mundo cualquier tipo de mercancía.

  1. Cubre grandes distancias.

El transporte marítimo es el rey indiscutible del tráfico de mercancías a nivel intercontinental. Las tres cuartas partes del planeta están compuestas de agua. El transporte por barco permite que exista un intercambio fluido de mercancías entre Asia y Europa, y entre Europa y América. Por poner un ejemplo. Para envíos de mercancías bastante largos, entre distintos puntos de Europa, en ocasiones se opta por el transporte marítimo, aunque exista una buena comunicación terrestre.

Los “contras” del transporte marítimo.

A pesar de todos los beneficios que presenta el transporte de mercancía por barco, no podemos obviar que también entraña ciertos inconvenientes, que hacen que valoremos si esta es la vía más adecuada para realizar ciertos envíos. Estos son los “contras” del transporte por barco:

  1. Trámites burocráticos.

El transporte marítimo requiere una serie de permisos y solicitudes que no son necesarios solicitar para otros medios de transporte, o que son más rápidos a la hora de concederlos. El tráfico marítimo está bastante controlado documentalmente. Más aún, si se efectúan envíos entre diferentes partes del planeta con una normativa distinta, como puede ser entre China y la Unión Europea. Esto implica planificar los envíos con bastante tiempo de antelación.

  1. Rapidez del envío.

El transporte por mar es un transporte lento. Un envío por barco desde el puerto de Barcelona hasta Nueva York tarda 12 días, mientras que si lo haces por avión se demora como máximo 48 horas. Esto hace que para los envíos urgentes, la opción marítima no sea la más adecuada. Con todo el desarrollo que está alcanzando el comercio online, en el que se compran productos fabricados en diferentes partes del mundo y se llevan a la casa del comprador en cuestión de días, se ha priorizado otras vías de transporte como el avión.

  1. Limitaciones técnicas.

En los tiempos en los que vivimos, en los que prima el transporte puerta a puerta, desde luego los envíos marítimos tienen sus limitaciones. Opciones como el transporte por carretera (los camiones) o por ferrocarril se han convertido en un complemento indispensable para el transporte marítimo y aéreo. Es necesario que la empresa de transporte disponga de un sistema operativo para recoger la mercancía desde la dirección del cliente y la lleve al puerto o aeropuerto de embarque. Y lo mismo en la recogida, desde el puerto de llegada hasta la dirección del destinatario.

Este detalle ha convertido a los operadores de carga y a las empresas internacionales de transporte en auténticos malabaristas que son capaces de cuadrar todas las piezas para que los envíos lleguen a su destino, valorando en todo momento las diferentes opciones de las que disponen.

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